Servicios, proyectos y actividades

Nuestro colegio ...

… recibe su nombre del ilustre D. Antonio Gallego Burín, que fue alcalde de Granada.

Está situado al final de la Avenida Dílar, en la margen izquierda del río Monachil, en el barrio del Zaidín. Este barrio, al Sur de la ciudad de Granada, es con diferencia el barrio más populoso de la ciudad.

Limita al Norte con los barrios Cervantes y Mirasierra, al Oeste con el barrio Fígares, al Sur con el término municipal de Armilla y al Este con el de La Zubia.

Está conformado por las antiguas barriadas de Casillas Bajas, Santa Adela, Vergeles, Madrigales, La Cruzada, Ciudad Jardín, Divina Infantita, Parque de las Infantas o Alminares y por las recientes de Cruz de Lagos, Palacio de Deportes o Campus de la Salud.

El Zaidín es, histórica y etimológicamente, el territorio comprendido entre los ríos Genil y Monachil.

            Desde su apertura, nuestro centro ha recibido alumnado del Zaidín, incluso de pueblos cercanos como Ogíjares, Gójar, Dílar… llegando a tener incluso transporte escolar; un gran porcentaje de nuestro alumnado procedía de la zona de Santa Adela y, debido al envejecimiento de la población autóctona y otros motivos nuestra escuela ha ido perdiendo alumnado gradualmente desde las más de ochocientas matrículas hasta las ciento sesenta y tres que tenemos actualmente en este curso 2020/2021.

              En 1970, en plena explosión demográfica, el Zaidín era un barrio obrero con una gran demanda de plazas escolares así que siguiendo las líneas educativas que marcaba la Ley Villar Palasí para el nuevo sistema educativo (la Educación General Básica), se empezó a edificar el CEIP Gallego Burín dentro del llamado Plan de Urgencia de Andalucía (P.U.A.) para la construcción de nuevos Centros educativos quedando así inaugurado en 1972 y cumpliendo su objetivo de dar cabida a todo el alumnado en edad de cursar los estudios que la Ley General de 1970 marcaba como obligatorios y que estaban sin escolarizar aún o recorriendo distancias lejanas para poder acudir al colegio.

Al poco tiempo de su apertura, el centro cubrió todas las plazas disponibles llegando a tener tres líneas por nivel siendo incluso necesario instalar seis aulas prefabricadas para dar cabida  a todo el alumnado solicitante. Fue con la implantación de la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE, 1990)  cuando el centro empezó a perder alumnado progresivamente (se perdieron los niveles de séptimo y octavo); por otro lado, nuestro colegio fue centro piloto en integración en los años ochenta y la entrada masiva de alumnado de integración hizo a muchas familias, aun desconocedoras de la integración y la inclusión, cambiar de colegio. Todo esto unido al envejecimiento de una población que deja de tener hijos/as  hizo que el centro disminuyera notablemente su alumnado.

              Desde los años noventa y dos mil se ha producido un aumento progresivo de la diversidad de nacionalidades en la población del barrio. Nuestro colegio se ha ido enriqueciendo de esta diversidad cultural, fuente de riqueza personal y social.

             De esta manera, hoy nuestro centro es un espacio de pluralidad y diversidad de referencia en el barrio. Trabajamos con Asociaciones del barrio de distinta índole, CEP, ONGs, Ayuntamiento, Centro de día de la 3ª edad, Servicios Sociales, IES, la UGR, etc.

              Además, contamos con un equipo profesional comprometido, con el recurso de especialista en audición y lenguaje a tiempo completo, con una educadora, con un equipo docente concienciado, con un  Equipo de Orientación y Apoyo muy organizado desde el plan de atención a la diversidad y con las instalaciones necesarias, que además ahora dejan de estar aisladas para verse situadas en el centro de una zona urbana de reciente creación.

              La diversidad de nuestro alumnado es enorme; por etnia, por cultura, por nivel socioeconómico, etc. y aun así hay un clima de convivencia favorable y estable en el tiempo.

             Hasta el año 2009 el recinto estaba rodeado de solares de tierra en barbecho sin sembrar y era el río Monachil y el colegio los que delimitaban, junto a las cocheras de autobuses de la Rober el fin del barrio hacia la Vega, lo que nos hacía un colegio de la periferia. Con las nuevas construcciones del Parque Tecnológico de la Salud, el recinto  ha quedado rodeado de calles, parques, facultades, negocios y edificios de viviendas que están en vías de habitabilidad en un porcentaje aproximado al 50% y hace que, de nuevo, nuestro colegio sea un centro en una zona en expansión y en pleno crecimiento.